lunes, diciembre 18, 2006

Tantas moscas no pueden estar equivocadas...

Vietnam cumple 20 años del momento en el cual el partido comunista decidió abandonar gradualmente el socialismo estatal. De cara con la posibilidad de colapsar, el partido decidió introducir una economía de mercado... Vietnam es hoy un lugar muy diferente.
Al igual que a los chinos, parece que les ha dado resultado esto. Hace veinte años ya que esta gente se dieron cuenta que se iban a la mierda. Caballero, tantas moscas no pueden estar equivocadas.
El crecimiento económico está creando una clase media y la privatización está reduciendo el número de personas dependientes del estado para subsistir.
¿Será a esto a lo que le temen los que todavía no se atreven a estas reformas? ¿En qué quedamos entonces, comunismo o consumismo?

viernes, diciembre 15, 2006

Historia de las sillas

Esta canción de Silvio está entre mis favoritas y siempre me ha intrigado en extremo. Siempre me pregunté qué habría querido expresar él, y siempre esto se mantuvo como un enigma para mí. Silvio dice mucho, y a menudo no directamente.


En el borde del camino hay una silla
La rapiña merodea aquel lugar
La casaca del amigo esta tendida
El amigo no se sienta a descansar
Sus zapatos, de gastados, son espejos
Que le queman la garganta con el sol
Y a través de su cansancio pasa un viejo
Que le seca con la sombra el sudor

En la punta del amor viaja el amigo
En la punta más aguda que hay que ver
Esa punta que lo mismo cava en tierra
Que en las ruinas, que en un rastro de mujer
Es por eso que es soldado y es amante
Es por eso que es madera y es metal
Es por eso que lo mismo siembra rosas
Que razones de banderas y arsenal

El que tenga una canción tendrá tormenta
El que tenga compañía, soledad
El que siga buen camino tendrá sillas
Peligrosas que lo inviten a parar
Pero vale la canción buena tormenta
Y la compañía vale soledad
Siempre vale la agonía de la prisa
Aunque se llene de sillas la verdad

Hace unos pocos días por carambola me encontré un blog de un español que se ha dedicado a darle interpretaciones a canciones del trovador cubano, e "Historia de las sillas" estaba allí, entre las afortunadas.

Resulta que la interpretación que da este tipo me encaja de maravilla. La canción habla de cómo uno debe ser consecuente con los caminos -a veces escabrosos- que se ha planteado en la vida, aunque inevitablemente al transitarlos uno encontrará sillas tentadoras y hasta peligrosas que lo inviten a uno a apartarse de su rumbo y sentarse a descansar, a claudicar ante el cansancio.

Lo que no me encaja es el Silvio de hoy. A veces me pregunto si al final se rindió ante la invitación de una de estas sillas peligrosas; si la agonía de la prisa lo dejó finalmente exhausto; si la punta del amor perdió filo.

Me pregunto dónde está el Silvio que era "a la zurda más que diestro", pero a la vez se hacía acompañar de una "necedad de vivir sin tener precio". Me pregunto dónde está el Silvio que no dejó que lo "convidaran a indefinirse", que no dejó que lo "convidaran a tanta mierda". Me pregunto también si soy yo quién para cuestionarlo, pero igual lo hago.

miércoles, diciembre 13, 2006

Festivaleando

El Festival del Nuevo Cine Latinoamericano ya está en marcha acá en La Habana, como en todo inicio de diciembre. Desafortunadamente no he podido participar como casi siempre hago. Este año estoy hasta el tope de cosas por hacer y no me queda ni pizca de tiempo.

Y digo que no he podido participar pues ir a ver una sola película no clasifica como participación en el festival. Participar en el festival es salir a la calle desde bien temprano cada día, hacer lo indecible para hacerte de una cartelera para la jornada y hacer listas, preguntar y opinar para saber qué se puede ver y qué no, y ayudar a los demás con lo que ya has visto. Es casarte con algunos pocos cines por día, cines cercanos entre sí o que tengan conexión fácil para moverte de uno a otro. A veces un filme acaba y en menos de media hora comienza en otro lado el que has planificado como el siguiente a ver. Y en La Habana moverte en menos de media hora de un lugar a otro en donde te espera una cola no es tarea fácil.

Pero al verdadero festivalero esto no le importa. Él sale a la calle con el espíritu de ver, de alimentarse, de nutrirse de este cine fresco y sencillo, pero profundo en ocasiones, que te desintoxica un poco del Hollywood banal y predecible del día a día. Un cine la mayoría de las veces genuino, personal, imperfecto; con sus obras maestras y con sus clavos; con la variedad de jergas y acentos del español de las Américas que ya dejó de ser castellano, y hasta con el romántico portugués de cuando en cuando.

En fin, que aquí donde me ven estoy sufriendo. Sufro porque este año me estoy perdiendo esta descarga que siempre me consume dulcemente. Me estoy perdiendo las jornadas en el Chaplin y los corre-corre para al Acapulco. Me estoy perdiendo el encontrarme con viejos amigos de los que las colas están inevitablemente llenas, muchas veces amigos que no ves hace tiempo, quizá desde el último diciembre.

Así que hice lo único que me quedaba por hacer: venir y descargar aquí toda esta nostalgia, que quizá algunos de los que me lean la comprendan incluso mejor que yo. Quizá hay alguien por ahí a quien pueda sacarle un buen recuerdo acompañado de una sonrisa en el rostro.

lunes, diciembre 04, 2006

Holgazanería

Quizá han oído antes una frase que dice algo así como que "el trabajo nunca mató a nadie, pero ¿para qué correr riesgos?" También alguien dijo alguna vez que "nadie necesita tanto unas vacaciones como aquel que acaba de tenerlas."

Nada hay más cercano a la verdad. Acabo de regresar de unas vacaciones y casualmente me topé con esta última frase, que retrata fielmente mi estado mental en estos momentos. Tengo ganas de llorar, por eso me refugio en el blog a ver si me consuela.