jueves, noviembre 15, 2007

¿Por qué no se callan?

Es el tema de moda así que debo escribir sobre esto. Todo el mundo escribe ahora sobre la famosa frase, desde burlas y chistes hasta reflexiones filosóficas y lingüísticas, pasando por supuesto por los discursos de oportunismo político.

El fenómeno de "¿Por qué no te callas?" ha sido para Internet algo que ya hacía un tiempo no se veía. Todos los blogs lo comentan, hay hasta tonos de teléfonos móviles con la intempestiva pregunta, y algún viejo camaján compró el dominio porquenotecallas.com previendo que pueda ser codiciado por el efecto "por-qué-no-te-callas" que ya funciona como una avalancha. Hasta YouTube tiene varios clips que van a la vanguardia en el top de los resultados de Google cuando uno busca esa frase (que ni me voy a molestar por linkear desde aquí pues a nadie la hace falta indicaciones para encontrar algo que está en todas partes, que se huele y se siente a todas horas, que sólo hace falta estirar la mano para agarrarlo).

Sólo me queda lamentar el momento que le dio origen y solidarizarme con algunas ideas muy sensatas que he leído por ahí sobre el tema. No es momento de buscar culpas no sólo de esta discusión acalorada, sino culpas de las desgracias de América Latina. Está bueno ya de arrecostarnos a "los 500 años de colonialismo" tan parecido ya al "arrecostarnos al bloqueo", fuente de justificaciones para los que necesitan una razón para explicar por qué nuestros pueblos no levantan. Si en vez de hablar tanto del tema, y hasta de"sacarle lasca" como hacen algunos, nos dedicáramos a fomentar las relaciones entre los pueblos por encima de las relaciones entre jefes de estado otro gallo cantaría. Nadie mejor que Van Van para proveernos de un verso que describe bien lo que pienso sobre el tristemente célebre incidente:

Lo que pasó, pasó
está bueno ya,
no comentes más,
ya pasó.
Y ya me voy callando antes que alguien con aires de nobleza sienta la necesidad de hacerlo.